Miles de gallegos afectados trasladan a A Coruña el conflicto de las preferentes
Las plataformas de damnificados llegadas fundamentalmente de Pontevedra y Ourense exigen la devolución de todo el dinero a los ahorradores en una protesta contra Novagalicia y la Administración
LUI COSTAS| A CORUÑA– 03de junio de 2012.- "Una sociedad sin confianza y sin justicia es, sin duda, una sociedad violenta", reza el comunicado que los portavoces de las plataformas de afectados por las participaciones preferentes y las obligaciones subordinadas de Novagalicia leyeron ayer a mediodía en los jardines de Méndez Núñez. El hartazgo y la impotencia de los titulares de estos productos complejos que muchos compraron sin conocer sus riesgos estallaron ayer en A Coruña en una marcha muy organizada, ruidosa y contundente que recorrió el centro de la ciudad con varias paradas en puntos estratégicos como el Banco de España, la sede principal de Novagalicia, en Rúa Nova, la Subdelegación del Gobierno o la Fundación Novacaixagalicia.
Miles de afectados por las preferentes -2.000 según la Policía Local; 6.000 según la organización- se concentraron en A Coruña, adonde la mayoría llegó en autobús desde distintos puntos de Galicia, cada uno con su drama personal y una elevada dosis de indignación por tener cautivo un dinero al que muchos le urge echar mano en medio de la crisis.
Los manifestantes, en sus mayorías mayores de 60 años y procedentes de las provincias de Pontevedra y Ourense, no dejaron de corear consignas contra los "estafadores", "chorizos" y "atracadores" que en su opinión gestionan la banca. Están hartos y dispuestos a demostrarlo. Por eso en su recorrido no dejaron de lanzar huevos contra las sedes de Novagalicia banco, aún a costa de que en ocasiones alcanzaran a clientes de la entidad que se acercaban a sacar dinero de los cajeros, reporteros gráficos que cubrían la marcha e incluso a los propios manifestantes.
Armados con tapones para los oídos, silbatos y pancartas de protesta y camisetas de distintos colores -uno por cada plataforma de afectados de Arousa Norte y Sur, O Morrazo, Baixo Miño, Val Miñor u Ourense; prácticamente todos, clientes de Caixanova-, los manifestantes partieron a las 11.30 horas de la Delegación del Gobierno, en dirección al Banco de España, mientras las decenas de autobuses fletados por las "plataformas de afectados por preferentes de Caixanova" buscaban aparcamiento para esperar a la hora del regreso.
A bordo de uno de esos autocares llegó desde Ourense Mari Carmen Álvarez, que prefiere no revelar el dinero que tiene atrapado en preferentes desde hace dos años. "Éramos clientes de una oficina de Caixanova desde hace veinte años. El director nos dijo que era una buena inversión y nos fiamos", explica. Es una de las integrantes de la plataforma ourensana que se creó hace un mes. "Cada día recibimos llamadas de diez o doce personas que se acaban de enterar de que tienen preferentes", explica su portavoz, Sonia Pereira. "Pensaban que tenían un plazo fijo y cuando empezaron a enterarse de lo que pasaba en otras zonas, fueron a su banco y se dieron cuenta de que no podían sacar el dinero. Hay casos de echarse a llorar", añade.
"Non nos imos calar ata os cartos recuperar", "Hai solución, banqueiros a prisión", "Se isto non se amaña, caña, caña, caña" fueron las primeras consignas coreadas por la multitud, que de principio a fin de la marcha lanzó potentes petardos contra las oficinas de NCG, en la entrada de túneles y parkings, para acrecentar su estruendoso efecto.
Las plataformas de afectados hicieron gala de una organización a prueba de bomba y días antes ya habían distribuido el recorrido de la manifestación y las consignas que correspondían en cada etapa. Pero entre que la mayoría de los manifestantes era de fuera y la espontaneidad propia de un grupo tan numeroso, la protesta siguió un recorrido similar pero no idéntico al planificado y las consignas se corearon indistintamente en uno u otro lugar. Triunfaron sin embargo el "Non hai pan para tanto chourizo", "Non somos inversores, somos aforradores" o "Aí está a cova de Alibabá", "Donde está la Justicia ante tanta malicia" y algunos clásicos como "Únete, no nos mires". La manifestación avanzó por la calle Juana de Vega, donde se encuentra la sede del Banco de España liderada por las pancartas de las distintas plataformas del sur de Pontevedra, la genérica de los afectados de Galicia o las de la asociación de usuarios de la banca, Adicae. Entre ellas, algunos mensajes más concretos como Roban o pan e escapan os chourizos, Novagalicia banco, un novo banco cos ladróns de toda a vida, Sin solución, Caixanova ao paredón.
Hermosinda Vizoso no lleva pancartas ni camisetas, pero es una indignada más. Siempre fue clienta de Caixa Pontevedra y cuando se fusionó con Caixavigo y Ourense, el director de su oficina de Cangas le aconsejó que modificara su producto de ahorro por preferentes sin saber lo que eran. "Cuando le dije que me había engañado y que era un ladrón, me amenazó. Ahora dicen que está con una depresión, que está enfermo. Yo también tengo ganas de descansar", explica. María Carnero, vecina del barrio vigués de Castrelos, perdió a sus abuelos -titulares de 60.000 euros en preferentes- y a punto estuvo de perder a su padre por una angina de pecho, a causa de las subordinadas. Al banco hoy no le consta ningún contrato en el que figure su aceptación de estos productos.
Representantes del PSdeG y concejales del BNG y Esquerda Unida de A Coruña se unieron a la marcha contra las preferentes que tras recorrer la calle San Andrés y alcanzar la sede de Novagalicia sacó un montón de post-its con mensajes de los damnificados con los que tapizaron la puerta principal.
Los pitos, bocinas y megáfonos se unieron todos a una al alcanzar el Obelisco, donde desde el viernes está instalada una carpa del Banco Santander con el monoplaza de Fernando Alonso y un reclamo tan poco oportuno como Queremos ser tu banco que al paso de la manifestación fue blanco de los huevos y de una sonora pitada.
La multitud peregrinó hasta Méndez Núñez, donde el manifiesto de la marcha denunció cómo Novagalicia traicionó la confianza de sus clientes y exigió una banca "pública, ética y justa". Las plataformas exigieron una respuesta a los gestores, a la Administración y adelantó que no habrá paz hasta que se reintegre el dinero a todos los afectados. Ni la investigación de la Fiscalía, ni el arbitraje propuesto por la Xunta son soluciones para ellos.
Allí acabó la protesta oficial, pasadas las dos de la tarde, momento en el que muchos decidieron completar una última etapa para comer ante la casa de quien preside Novagalicia, José María Castellano, que recibió más huevos y petardos, aún a pesar de que cuando él asumió las riendas del banco, hace 8 meses, las preferentes ya estaban colocadas. El ex director de Novacaixagalicia, José Luis Pego, que se prejubiló con 18 millones de euros, recibió una visita similar en la tarde del viernes en su chalé de Nigrán (Pontevedra).
Miles de afectados por las preferentes -2.000 según la Policía Local; 6.000 según la organización- se concentraron en A Coruña, adonde la mayoría llegó en autobús desde distintos puntos de Galicia, cada uno con su drama personal y una elevada dosis de indignación por tener cautivo un dinero al que muchos le urge echar mano en medio de la crisis.
Los manifestantes, en sus mayorías mayores de 60 años y procedentes de las provincias de Pontevedra y Ourense, no dejaron de corear consignas contra los "estafadores", "chorizos" y "atracadores" que en su opinión gestionan la banca. Están hartos y dispuestos a demostrarlo. Por eso en su recorrido no dejaron de lanzar huevos contra las sedes de Novagalicia banco, aún a costa de que en ocasiones alcanzaran a clientes de la entidad que se acercaban a sacar dinero de los cajeros, reporteros gráficos que cubrían la marcha e incluso a los propios manifestantes.
Armados con tapones para los oídos, silbatos y pancartas de protesta y camisetas de distintos colores -uno por cada plataforma de afectados de Arousa Norte y Sur, O Morrazo, Baixo Miño, Val Miñor u Ourense; prácticamente todos, clientes de Caixanova-, los manifestantes partieron a las 11.30 horas de la Delegación del Gobierno, en dirección al Banco de España, mientras las decenas de autobuses fletados por las "plataformas de afectados por preferentes de Caixanova" buscaban aparcamiento para esperar a la hora del regreso.
A bordo de uno de esos autocares llegó desde Ourense Mari Carmen Álvarez, que prefiere no revelar el dinero que tiene atrapado en preferentes desde hace dos años. "Éramos clientes de una oficina de Caixanova desde hace veinte años. El director nos dijo que era una buena inversión y nos fiamos", explica. Es una de las integrantes de la plataforma ourensana que se creó hace un mes. "Cada día recibimos llamadas de diez o doce personas que se acaban de enterar de que tienen preferentes", explica su portavoz, Sonia Pereira. "Pensaban que tenían un plazo fijo y cuando empezaron a enterarse de lo que pasaba en otras zonas, fueron a su banco y se dieron cuenta de que no podían sacar el dinero. Hay casos de echarse a llorar", añade.
"Non nos imos calar ata os cartos recuperar", "Hai solución, banqueiros a prisión", "Se isto non se amaña, caña, caña, caña" fueron las primeras consignas coreadas por la multitud, que de principio a fin de la marcha lanzó potentes petardos contra las oficinas de NCG, en la entrada de túneles y parkings, para acrecentar su estruendoso efecto.
Las plataformas de afectados hicieron gala de una organización a prueba de bomba y días antes ya habían distribuido el recorrido de la manifestación y las consignas que correspondían en cada etapa. Pero entre que la mayoría de los manifestantes era de fuera y la espontaneidad propia de un grupo tan numeroso, la protesta siguió un recorrido similar pero no idéntico al planificado y las consignas se corearon indistintamente en uno u otro lugar. Triunfaron sin embargo el "Non hai pan para tanto chourizo", "Non somos inversores, somos aforradores" o "Aí está a cova de Alibabá", "Donde está la Justicia ante tanta malicia" y algunos clásicos como "Únete, no nos mires". La manifestación avanzó por la calle Juana de Vega, donde se encuentra la sede del Banco de España liderada por las pancartas de las distintas plataformas del sur de Pontevedra, la genérica de los afectados de Galicia o las de la asociación de usuarios de la banca, Adicae. Entre ellas, algunos mensajes más concretos como Roban o pan e escapan os chourizos, Novagalicia banco, un novo banco cos ladróns de toda a vida, Sin solución, Caixanova ao paredón.
Hermosinda Vizoso no lleva pancartas ni camisetas, pero es una indignada más. Siempre fue clienta de Caixa Pontevedra y cuando se fusionó con Caixavigo y Ourense, el director de su oficina de Cangas le aconsejó que modificara su producto de ahorro por preferentes sin saber lo que eran. "Cuando le dije que me había engañado y que era un ladrón, me amenazó. Ahora dicen que está con una depresión, que está enfermo. Yo también tengo ganas de descansar", explica. María Carnero, vecina del barrio vigués de Castrelos, perdió a sus abuelos -titulares de 60.000 euros en preferentes- y a punto estuvo de perder a su padre por una angina de pecho, a causa de las subordinadas. Al banco hoy no le consta ningún contrato en el que figure su aceptación de estos productos.
Representantes del PSdeG y concejales del BNG y Esquerda Unida de A Coruña se unieron a la marcha contra las preferentes que tras recorrer la calle San Andrés y alcanzar la sede de Novagalicia sacó un montón de post-its con mensajes de los damnificados con los que tapizaron la puerta principal.
Los pitos, bocinas y megáfonos se unieron todos a una al alcanzar el Obelisco, donde desde el viernes está instalada una carpa del Banco Santander con el monoplaza de Fernando Alonso y un reclamo tan poco oportuno como Queremos ser tu banco que al paso de la manifestación fue blanco de los huevos y de una sonora pitada.
La multitud peregrinó hasta Méndez Núñez, donde el manifiesto de la marcha denunció cómo Novagalicia traicionó la confianza de sus clientes y exigió una banca "pública, ética y justa". Las plataformas exigieron una respuesta a los gestores, a la Administración y adelantó que no habrá paz hasta que se reintegre el dinero a todos los afectados. Ni la investigación de la Fiscalía, ni el arbitraje propuesto por la Xunta son soluciones para ellos.
Allí acabó la protesta oficial, pasadas las dos de la tarde, momento en el que muchos decidieron completar una última etapa para comer ante la casa de quien preside Novagalicia, José María Castellano, que recibió más huevos y petardos, aún a pesar de que cuando él asumió las riendas del banco, hace 8 meses, las preferentes ya estaban colocadas. El ex director de Novacaixagalicia, José Luis Pego, que se prejubiló con 18 millones de euros, recibió una visita similar en la tarde del viernes en su chalé de Nigrán (Pontevedra).
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