Las maldiciones que truncaron un futuro
prometedor
REPORTAJE M.R.N. | Actualizado 30 Agosto 2012 - 02:00 h.
Nació del
sueño de un gallego que hizo su fortuna en Argentina. En los años 20, Julio
López Bailly quiso crear un complejo hotelero en O Seixal que los arquitectos
Antonio Tenreiro y Peregrín Estellés transformaron en una realidad que ha
pasado del “glamour” al más absoluto de los abandonos. La cronología de su
decadencia, la mala suerte y la dejadez la describen los incendios, una guerra,
una carretera y hasta una muerte.
Las casas
modernistas se asentaban en una finca de 30.000 metros cuadrados y contaba con
el edificio principal –de dos cuerpos– y la casa del personal.
El golpe de
Estado de 1936 hizo que la familia vendiese a la Falange el inmueble. Pasó así
de ser un espectacular hotel a cumplir diferentes funciones dentro del régimen.
Pero en el
estado actual de las casas tuvo su importancia el fuego que se produjo en 1969.
En 2005, las llamas regresaron a la construcción e incendios menores se fueron
sucediendo en los últimos años, sin contar el de ayer.
Cuando la
propiedad ya estaba en manos del Ayuntamiento, con un olvido de décadas, en
1995, todo apuntaba a que su recuperación estaba cerca. El gobierno local tenía
casi cerrado un acuerdo con un promotor, pero la mala suerte regresó a las
casas y el fallecimiento de este truncó una vez el futuro del edificio.
La N-VI
también tuvo su parte de culpa. Con la ampliación de 2004 se derribó la casa de
los empleados y desapareció buena parte de la finca. N
Fuente: www.elidealgallego,com
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