miércoles, 16 de enero de 2013

El vecino de la nonagenaria de Cambre hallada muerta: «Nervioso estou bastante, pero hai que facerse forte»



Asaltaron su casa el fin de semana y el domingo encontraron el cadáver de su vecina y arrendadora en la vivienda de al lado
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A Coruña / La Voz 16 de enero de 2013 05:00
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A Ramiro Bao todavía le cuesta creerse lo que ocurrió el pasado fin de semana en su casa de Cecebre (Cambre). La propietaria de la finca, Oliva Amil, de 91 años, vivía en la casa colindante a la de Ramiro y compartían patio trasero. Fue hallada muerta el domingo con un golpe en la cabeza cuando la Guardia Civil investigaba el robo en la casa de Ramiro. Este vecino de Cambre, de 73 años, explica que el viernes llegó de noche a su domicilio, después de estar en un bar de Cecebre, lugar donde acostumbra a matar las horas: «Sería a unha da mañá máis ou menos. Non notei nada raro, pero dinme de conta que me faltaban 2.200 euros que tiña na casa». dijo. Al día siguiente regresó de nuevo al bar, pero cuando volvió a su casa, también por la noche, halló la vivienda revuelta: «Estaba todo patas arriba e aí notei que me faltaba tamén a cartilla do banco», dijo visiblemente nervioso, sin aclarar por qué no alertó inmediatamente a la policía. Cuando volvió al día siguiente al bar, les contó lo que había sucedido a unos agentes que estaban dentro del establecimiento.
Cuando la Guardia Civil investigaba el robo de este vecino, los agentes descubrieron en la casa colindante el cuerpo sin vida de la nonagenaria, pero Ramiro no sabe decir si a ella también le entraron a robar. Lo que sí tiene claro es que forzaron su puerta y que incluso halló varias herramientas que no eran suyas. También recuerda haber visto un coche aparcado delante de su casa. Dice que fue el viernes: «Era negro, pensei que era un Volkswagen, pero un veciño díxome que se trataba de un Peugeot», aclara. Ahora Ramiro Bao intenta seguir con su rutina, pero le cuesta y todavía no sabe si se cambiará de vivienda: «Nervioso estou bastante pero hai que facerse forte. ¿A onde vou ir? Cobro unha pensión pequena», expone apenado.

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