REPORTAJE
FRAN MOAR | Actualizado 25 Febrero 2013 - 02:00 h.
La nave
central del templo de Santa María de Cambre luce un techo de madera a pesar de
que las arquerías y los muros exteriores del edificio podrían, según indica el
responsable del museo arqueológico, Ramón Boga, soportar el peso de una bóved
La cubierta
de la iglesia de Santa María de Cambre encierra un enigma. Y nadie en casi
novecientos años desde su construcción ha podido desentrañarlo.
No obstante,
nada tiene que ver con antiguos cultos, profecías y demás filias de aficionados
al ocultismo con empeño digno de mejor empresa. El secreto que guarda el templo
no da para best-seller antivaticanista, es quizás más prosaico. Pero para libro
sí alcanza.
Ocho siglos
sin saber exactamente porque la techumbre del edificio mezcla la bóveda de
cañón en la parte más sagrada del templo, como es la girola, con el tejado de
madera en la nave central y las dos laterales bien se merece, al menos, ser
mencionado.
Hipótesis
para explicarse este fenómeno el experto en Historia y responsable del Museo
Arqueológico de Cambre, Ramón Boga, maneja varias, pero no puede, ni quiere
decantarse por ninguna.
Una
posibilidad es, como desde que el hombre comenzó a construir lugares en los que
cobijarse, la económica.
“Pudiera ser
que en algún momento de la construcción se quedasen sin fondos para continuar
construyendo con piedra y decidiesen dejarlo para mejores momentos”, señala
Boga.
También el
experto ve factible que los constructores se encontrasen con el problema de que
los muros exteriores no fuesen todo lo resistente necesario para soportar el
peso de una bóveda.
“Una
cuestión de cálculo. Es lo que le sucede a la iglesia de Santa María do Sar de
Compostela. Fue necesario construir unos contrafuertes monumentales para evitar
que se derrumbase el edificio”, añade.
Una última
posibilidad, tan válida para Boga como las anteriores, es la estilística.
“Se puede
comprobar que en la mayoría de las iglesias románicas de la comarca de As
Mariñas los tejados son de madera. Por lo tanto no es raro que los promotores
del templo decidiesen hacer lo mismo”, apunta el responsable del museo, que
desvela que también la propia bóveda de la girola tiene trampa.
“A pesar de
que los pilares, muros y arcos de la iglesia fueron diseñados para soportar una
bóveda pétrea, la construida en el deambulatorio de Santa María es falsa, a la
manera de un actual falso techo”, apunta Boga.
Antigua
iglesia
El
historiador cambrés también indica que el templo guarda otro enigma con
respecto a las iglesias que se construían en su momento.
Al contrario
de sus “hermanas” fue levantada desde la fachada occidental hacia la girola,
que ya es marcadamente protogótica.
El motivo de
esta singularidad podría deberse al hecho de que ya existiese una iglesia y que
se quedase pequeña para acoger los feligreses.
Así a modo
de matriuska rusa el templo actual fue envolviendo a la antigua estructura, en
la que se continuaban oficiando ritos religiosos, hasta que finalmente fue
demolida.
Fuente:
www.elidealgallego.com
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