domingo, 29 de diciembre de 2013

REFERENDO SOBRE EL UNIFORME

Los padres del CEIP de O Graxal votaron en contra de implantar la indumentaria escolar, aunque el próximo curso tendrá chándal oficial

Escrito por:Pablo barro

Cambre / la voz  27 de diciembre de 2013  05:00
GMT

Valoración CoEl pasado 11 de diciembre se produjo en Cambre un reñida referendo. La asamblea de la ANPA del colegio O Graxal sometía a votación la aprobación de un uniforme escolar para los alumnos del centro. El resultado de la misma fue muy ajustado. Por una diferencia de tan solo dos votos ganó el no, así que el próximo curso los más pequeños seguirán asistiendo a clases vestidos de calle. Sin embargo, este resultado puede llevar a engaño. Como comentan desde la ANPA, días antes se había realizado una consulta en la que participaron el 86 % de los padres. En esa ocasión él no había ganado con algo más de holgura: un 54 % votaron en contra del uniforme. No obstante, la ausencia de muchos de esos padres el pasado día 11 estuvo a punto de cambiar el curso de los acontecimientos. Finalmente, por esos dos votos de diferencia, se mantuvo la decisión adoptada en un principio.

Pero la del uniforme no era la única cuestión de esta consulta. La ANPA también sometió a votación la creación de un chándal para los alumnos del centro. En este caso, la iniciativa prosperó con un 60 % de los votos. Así, el próximo curso, los padres que lo deseen, podrán llevar a sus pequeños uniformados con un chándal que todavía está por diseñar.
Práctico frente a sectario
Lo que ha dejado clara la votación, una vez más, es que el uniforme tiene casi tantos admiradores como detractores. No es fácil llegar a un consenso, ya que son muchos los padres que ven en el uniforme una solución práctica a la hora de vestir a sus hijos, frente a otros que no están dispuestos a llevar a sus hijos igual vestidos que los demás.
Evitar discriminación
Este es un argumento un tanto ambiguo, ya que los que están a favor del uniforme justifican su elección en que con él se evita la discriminación entre alumnos por usar una u otra marca, mientras que sus detractores apelan a su derecho a elegir libremente cómo quieren vestir a sus pequeños. Algunos, incluso, lo rechazan por el «mal recuerdo» que tienen de haberlo llevado cuando eran niños, mientras que son muchos los que recurren al argumento del gasto extra que supone en el presupuesto familiar la adquisición de una vestimenta específica para asistir a clase, más si se tiene en cuenta que en numerosas ocasiones no es suficiente con un único conjunto.

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